viernes, 1 de julio de 2011

Día de la conservación del suelo

El 7 de julio se celebra el Día de la Conservación del Suelo, establecido en 1963, en memoria del científico Hugh Hammond Bennett que fue pionero en conservación del suelo en Estados Unidos.

El suelo es un sistema dinámico y complejo cuya función no es sólo la de servir como soporte mecánico para el crecimiento de las plantas, sino que también es el medio a través del cual éstas toman el agua y los nutrientes que necesitan para su desarrollo. El uso irracional del suelo genera una alteración de sus propiedades que puede hacer que pierda parcial o totalmente su capacidad de cumplir con su función. Este fenómeno de disminución o pérdida de calidad del suelo se denomina degradación.

La erosión es el más grave de los procesos de degradación y se define como la pérdida de las capas más fértiles del suelo y, por ende, de gran parte de sus condiciones para producir. La misma puede ser producida por el agua (hídrica) o el viento (eólica). Por la acción de tales agentes climáticos, las capas superficiales son arrancadas de su emplazamiento original y transportadas hasta lugares a veces muy distantes. El suelo removido no podrá ser retornado, y tardará muchos años en volver a formarse. El resultado final de este proceso son tierras improductivas cuya condición es, en la gran parte de los casos, poco menos que irreversible.

La conservación de los suelos implica, en primer lugar, educar a la población para erradicar tres prácticas muy negativas:
- La quema de los rastrojos o residuos agrícolas: Estos residuos son materia orgánica necesaria para mantener la fertilidad de los suelos y deben ser integrados al mismo.
- La costumbre de quemar o incendiar la vegetación de las laderas para controlar las malezas, el uso del fuego en el campo se hace con gran irresponsabilidad y cada año se generalizan más los incendios.
- El cambio de uso de suelo de forestal a ganadero o urbano.

Algunas recomendaciones para la conservación del suelo se son:
· Mantener la cobertura vegetal (bosques, pastos y matorrales). Esto implica el evitar la quema de la vegetación de cualquier tipo en laderas.
· Reforestar las laderas empinadas y las orillas de ríos y barrancas.
· Cultivar en surcos de contorno en las laderas y no en favor de la pendiente, porque favorece la erosión.
· Combinar las actividades agrícolas, pecuarias y forestales (agroforestería), y sembrar árboles como cercos, en laderas, como rompevientos, etc.
· Rotar cultivos, leguminosas con otros, para no empobrecer el suelo.
· Integrar materia orgánica al suelo, como los residuos de las cosechas o mediante mejoradores de suelo como la composta y lombricomposta.

La educación es el primer paso para evitar la degradación del suelo, infórmate y capacítate, en Proyecto Tierra ofrecemos cursos sobre compostaje doméstico, compostaje municipal y lombricompostaje.


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