lunes, 11 de noviembre de 2013

Calidad de agua en la vivienda, reflexiones sobre el concepto



Siempre que escuchamos el concepto de calidad del agua de inmediato pensamos en contaminación del agua, y efectivamente no son conceptos tan alejados, es decir, cuando hablamos de los parámetros de calidad que debe tener el agua en la vivienda, en realidad hacemos referencia a los límites máximos permisibles de algún elemento o compuesto en el agua, pero muy pocas veces nos detenemos a pensar en cual es el uso que le daremos a esa agua, cuando en realidad el uso del agua es de gran importancia para determinar el tipo y nivel de contaminantes que podemos aceptar en ella.
Por ejemplo, imaginemos un vaso de agua en el cual agregamos dos cucharadas de azúcar y disolvemos perfectamente, si quisiéramos usar esa agua (con azúcar) para lavarnos los dientes el resultado no sería muy bueno, de igual forma si usamos esa agua para limpiar ventanas obtendríamos resultados contraproducentes, sin embargo si utilizamos esa misma agua para elaborar agua de Limón, el azúcar se convierte en un ingrediente indispensable. Como vemos en el ejemplo anterior el compuesto “azúcar” se vuelve o no un contaminante dependiendo del uso que le demos al agua,  de esta forma la cantidad y tipos de contaminantes del agua están en función de la utilidad que le daremos al líquido.

De forma general cuando hablamos de calidad del agua en la vivienda nos referimos al concepto de “agua potable”, por definición el agua potable es aquella apta para el consumo humano, es decir para beber, de tal forma que el uso que le daremos al agua queda restringido a bebida, y partiendo de este hecho podemos definir las características que debe tener dicha agua, todas ellas perfectamente definidas en una norma oficial mexicana (NOM-127-SSA1-)[1] , donde se definen los límites máximos permisibles de los diferentes compuestos que debe tener el agua para ser considerada con calidad de potable.

Sin embargo, no toda el agua que usamos en la vivienda se requiere con calidad potable, y aunque sea obligación de los municipios y delegaciones entregar el agua con estos parámetros de calidad, es evidente que, por ejemplo, el agua de los servicios sanitarios (WC) no la necesitamos como potable, ya que no la bebemos en dichos servicios. Los puntos en la vivienda donde efectivamente se requiere agua potable son, lavabos, fregaderos y regaderas, es decir, en los sitios donde tenemos contacto con la boca o posibilidades de beberla, fuera de estos sitios el agua no se requiere en calidad de potable, si analizamos en volumen la cantidad de agua para los diferentes usos, podríamos observar que casi el 50% del agua en las viviendas no se requiere con calidad de potable, por lo que podría ser sustituida por agua de lluvia o agua tratada, por ejemplo para limpieza, servicios sanitarios, lavado de ropa, riego de plantas y jardines, por mencionar algunos usos.


Existen varios beneficios derivados del ahorro de agua potable, por ejemplo, el agua que llega hasta nuestras casas fue sometida a un proceso de potabilización, mismo que utilizó gran cantidad de energía en sus diferentes etapas, para su bombeo, filtración, clarificación, etc. Así como algunos químicos para su desinfección, por ejemplo en la cloración. Todo ese proceso lleva a un costo por litro (o metro cúbico) de agua potable, que de no usarse para beber, denotaría un gran desperdicio de recursos y energía. Sobre todo considerando que la base energética en México sigue siendo mediante combustibles fósiles, por lo que la energía para el bombeo produce emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, que eventualmente nos llevan al calentamiento global y al cambio climático. Es por eso que ahorrar agua contribuye en gran medida a disminuir las emisiones de gases efecto invernadero.

Recapitulando, el concepto de calidad del agua esta directamente relacionado con los diferentes usos que le podemos dar al agua, y una vez definido el uso es posible definir tanto los compuestos como la cantidad que podemos permitir de ellos en el agua para considerarlos adecuados o no contaminantes, y siempre recordar la importancia de usar el agua de acuerdo con sus características, de tal forma que se aproveche tanto la energía como los recursos invertidos en su proceso, ya que de no hacerlo simplemente estaremos contribuyendo a incrementar la emisión de gases efecto invernadero a la atmósfera mundial.



[1] Las Normas Oficiales Mexicanas (NOM´s) son de cumplimiento obligatorio en todo el territorio nacional.